Sunday, July 27, 2008

El narcotráfico marítimo y la debilidad naval

La interceptación reciente de una embarcación semisumergible cargada con cocaína en las costa de Oaxaca no debe interpretarse de manera aislada como una acción exitosa de la Armada de México, sino como una muestra de la debilidad estratégica del poder naval mexicano.

El descubrimiento de otros minisubmarinos que ha decomisado la Armada colombiana y la Guardia Costera estadounidense podría indicar que el uso de estas embarcaciones ha sido uno de los métodos principales para introducir drogas a México y Estados Unidos.



Las operaciones aéreas del narcotráfico comenzaron a ser más difíciles y riesgosas con la creación de un sistema de radares estadounidenses distribuidos en toda la frontera con México y en las bases de operación militar llamadas Forward Operating Locations (FOL, por sus siglas en inglés) en los aeropuertos internacionales de Comalapa, en El Salvador; Manta, Ecuador, y las antillas holandesas de Aruba y Curazao. (Si quieren ver análisis de las FOL, pulsen aquí: Transnational Institute, Just the Facts)

Este escudo aéreo obligó a los narcotráficantes a cambiar sus métodos y privilegiar sus operaciones marítimas, explotando la debilidad estratégica de los países del corredor centroamericano, incluido México, que carecen del poder naval suficiente para vigilar la vastedad de sus aguas nacionales.


Este mapa muestra el alcance de la cobertura de los radares aeromóviles desde las FOL en El Salvador, Ecuador y Aruba y Curazao para vigilar el espacio aéreo andino, centroamericano, y de la parte sur de México. Fuente: General Accounting Office. (Ver documento completo aqui).

Las flotillas de guerra de Centroamérica carecen de capacidad para proteger las aguas territoriales de ese extenso corredor marítimo. Guatemala, por ejemplo, tiene una Armada con 1,000 elementos y una flotilla de 21 buques y 20 lanchas de patrullaje, además de dos buques anfibios.


El resto de los países centroamericanos está en una situación igual o más precaria. Según Military Periscope, una base de datos de las fuerzas armadas del mundo, El Salvador tiene una armada con cerca de 700 elementos, incluyendo una compañía de infantería de marina y unas 34 embarcaciones de patrulla marítima que incluyen el buque General Manuel José Arce (USCGC Madrona WLB 302), un buque logístico de la Segunda Guerra Mundial. Honduras tiene una armada de 1,400 elementos, y una flotilla de unas 50 lanchas patrulla. La armada de Nicaragua es de 800 elementos con una flotilla de unas 70 lanchas patrulla. Ni Panamá ni Costa Rica tienen fuerzas armadas. (En la imagen el buque USCGC Madrona, antes de ser transferido en 2002 a la Armada de El Salvador, después de 57 años de servicio. Fuentes: Guardia Costera de EU y worldwarships.com).

México tiene una fuerza naval varias veces superior a las armadas centroamericanas con 42,000 elementos, pero su flota de guerra apenas está superando la obsolescencia: La Armada tiene una flota de 2 destructores estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial, 5 fragatas, en su mayoría empleadas en la guerra de Vietnam y con más de 35 años de antigüedad; 3 buques de querra anfibia, y 114 buques patrulla que constituyen la flotilla de menor antigüedad. A diferencia de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, México carece de submarinos.

Esa debilidad naval, que ha llevado a México a depender de los sistemas estadounidenses de detección de semisumergibles y otras embarcaciones usadas por el narcotráfico, no es fácil de resolver. Implicaría una asignación de recursos y una redefinición estratégica de nuestras fuerzas armadas y no está claro si este gobierno está dispuesto a promoverlas.

Tuesday, July 15, 2008

Los medios de comunicación y la doctrina militar

Desde que el presidente Felipe Calderón reorganizó los instrumentos de fuerza en la lucha antinarcóticos y colocó las Fuerzas Armadas en el frente de la lucha antinarcóticos, los militares mexicanos han mostrar un protagonismo mayor ante los medios de comunicación.

Lejos de la actitud tradicional de silencio y mesura entre los mandos castrenses, algunos comandantes de zona o de región militar han usado directamente a los medios para dirimir sus controversias con gobernantes civiles. Otros entran en controversia con los propios medios cuando estos cuestionan las operaciones militares.

El problema más grande consistiría en esos generales actúen impulsados por una doctrina militar que conciba a los medios de comunicación sólo como un aliado en la guerra contra el narcotráfico o como parte de la estrategia del enemigo para debilitarlo y restarle apoyo popular.

Analicé parte de este problema en una colaboración reciente en el diario mexicano El Universal, pero las aristas de este fenómeno no terminan ahí y procuraré abordarlas en otras entradas de este blog. Si desean leer esa colaboración completa opriman aquí: El Ejército y los Medios.

http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/40964.html